Gustavo Masutti Llach
Mavirock Revista,
Abril/Mayo de 2010
Buenos Aires, Argentina
Cada tanto, al revolver un cajón aparecen joyas que siempre estuvieron ahí pero nunca se les había prestado atención. Y a la hora de lucirlas la sensación es la de “¡qué lástima que no la descubrí antes!” Pues bien, los uruguayos del Cuarteto de Nos (aunque ahora podrían ser llamados Trío o Quinteto de Nos) vienen tocando con ese nombre desde 1984, pero de este lado del río color de león hace apenas dos que se empezaron a conocer sus excelentes letras y sus ritmos heterogéneos. “Es difícil definir nuestro estilo. Porque somos una banda tan compleja porque no se puede tomar como referencia una sola canción. Porque otra del mismo disco es totalmente distinta”, explica desde Montevideo Roberto Musso, frontman del grupo, arriba y abajo del escenario.
-Los
últimos dos discos son más homogéneos, en la línea del rock. ¿Esto fue deseado?
-Sí, lo buscamos. Tenemos más guitarreo. Lo
que tenemos claro es que en una primera escucha lo que llaman la atención son
las letras. Toca temas que no están trillados.
-Están
muy trabajadas.
-Sí. Como responsable de la mayoría te
reconozco que soy súper obsesivo en darle un tratamiento. Horas y dedicación. Y
así las canciones crecen.
-Se
nota que están muy corregidas.
-Me meto en esa rosca y no paro hasta que
la siento perfecta. Se terminan cuando están hechas (se ríe).
-¿Todas
las letras tienen que ser perfectas? ¿Nunca se permiten una “Calamareada”, como
dice un amigo?
-Sobre
todo en el ambiente del rock, que suele valorar más lo visceral que lo
cerebral.
-No sé, a mí me gusta que haya una historia central adornada por
rimas poco comunes.
-¿Siempre fueron
independientes?
-Desde que empezamos, que éramos pibes
hasta el 2002, cuando nos hartamos de la autoproducción. Hasta ese momento
grabábamos, producíamos y comercializábamos todo nosotros mismos. Al punto de
que hacíamos la carátula del disco. Pero
decidimos que necesitábamos una mirada de este monstruo de cuatro cabezas para
que fuera más clara. Y dijimos “ta, ya cumplimos una etapa” e incorporamos a
Juan Campodónico.
-¿Sumó?
-Sí, porque resultó ser un fan de la banda
desde el inicio. Casi como un quinto integrante y no hubo que explicarle un montón
de cosas.
-Hoy
están con Warner.
-Sí, para la distribución en Argentina. El
management lo hace Majareta, una empresa de acá. Tercerizamos algunas cosas
porque estábamos agotados pero nunca perdimos el control. Tampoco tenemos una
postura ideológica fundamentalista con respecto a la independencia. Se fue
dando naturalmente.
-¿Y
por qué se metieron con una multinacional?
-Porque para salir de la chacra que es el
Uruguay hace falta un poquito de empuje.
-Sin
embargo, tuvieron un boca en boca fenomenal, que funcionó con más fuerza que
una campaña de promoción.
-Sí, sobre todo con los videos. Nos conoció
mucha más gente por eso que por haber sido editados por una compañía en España,
México y Argentina.
-En
varias cátedras de diseño de las universidades (como la UBA) pasan el video de
“Ya no sé qué hacer conmigo”.
-Eso escuché. Parece que de ahí también
viene un poco de nuestra convocatoria. Fue un gancho, como You Tube, donde
tenemos un millón y medio de visitas. Me cuesta creerlo.
-Gracias
a eso llegan a Buenos Aires y llenan los locales donde tocan.
-Es así.
-¿En
el caso de ustedes “viva la piratería”, entonces?
-Mirá… en lugares como Ecuador el disco no
existió nunca. Y sin embargo fuimos por primera vez y juntamos 500 personas (se ríe). En ese caso la piratería fue
un arma que nos jugó a favor. Del disco “Bipolar” se filtró una versión
preliminar del disco sin terminar. No sabíamos qué hacer, pero con los
resultados en la mano, parece que el tipo que lo descargó gratis, también se lo
compró.
-¿Qué
hacer ante esto?
-Depende del contenido. En nuestro caso,
nuestra música funciona como regalo entre personas. Y la única manera de
regalar un CD es comprarlo.
-Me
pasó de regalarle un CD a chicos de 16, que se lo quedan mirando sin saber qué
hacer.
-Como
si fuera una carga. Lo tienen que pasar a MP3 para meterlo en el IPOD.
-Cualquier banda de nuestro nivel te va a
decir lo mismo, a nosotros nos favorece la piratería, pero la grabación del
disco es una carta de presentación. Eso y el afiche es lo que lleva la cara de
la banda.
-Los
Fabulosos Cadillacs sacaron sus últimos discos con unos poquitos temas nuevos
porque consideran que ya nadie escucha un disco entero.
-Es la gran duda que tenemos todos. Hasta
cuándo vamos a sostener el formato de un disco de doce canciones cada dos años.
¿Por qué no sacar una canción cada seis meses? Es raro y nadie sabe cuál es el
próximo paso que hay que dar. De lo que no hay dudas, con respecto a la
piratería, es que para tocar en vivo nos viene muy bien que la gente tenga de
un saque una buena cantidad de canciones. En función del show no es lo mismo
que tener sólo dos o tres temas que sonaron por la radio.
-Y
con la trayectoria de ustedes, ya pasaron por todos los formatos y soportes
posibles.
-Sí, alguno de nuestros discos salió sólo
en casete. Nuestro primer CD fue “Otra navidad en las trincheras” de 1994. Y
nos tuvimos que pelear con la discográfica porque le parecía muy caro. Nos la
jugamos independientes y fue el mejor negocio de nuestra vida. Sigue siendo el
disco más vendido del rock uruguayo.
-¿Qué
influencias reconocen?
-Vamos rotando los afanos (risas). Y alguien nos roba en este
momento, me imagino. La balanza da equilibrio, me parece. Tenemos muchas
influencias literarias y del cine que fueron tan o más determinantes que los
músicos. De los Beatles tomamos lo del cuarteto pero también me influyó Monty
Pyton (un genial grupo de humoistas ingleses), Leo Masliah, Les Luthiers, Frank
Zappa o Woody Allen. Tampoco nos queremos quedar anclados en un formato.
-¿Nada
de “armar el kiosquito” y empezar a copiarse a sí mismos?
-No, aunque es una vía válida.
-A
los Rolling Stones y a tantos más les funciona.
-Sí, pero son multimillonarios. Si nosotros
no nos divertimos, no tiene mucho sentido. Y si tenemos tantos seguidores de
diferentes generaciones fue porque tomamos riesgos.
-¿Quiénes
serían sus colegas?
-Cuesta separarlo de lo afectivo. También
por lo inclasificable de nuestro estilo se hace difícil ser telonero de
alguien. Con todo, siempre estuvimos paralelos al movimiento del rock uruguayo,
que tuvo varios picos de popularidad. Esas modas no nos tocaron, por suerte o
por desgracia. Y tenemos relaciones excelentes con bandas nuevas como
Notevagustar, La Vela y otras más viejas como Los Buitres o La Tabaré.
-¿Se
imaginaban este presente?
-Como banda que surgió en la postdictadura
nunca creímos que sería posible vivir del rock en Uruguay. Y sin embargo los
pibes lo lograron. Solos, porque esto era un páramo.
-¿Cuál
es la función social de ustedes hoy? Debe haber cambiado.
-Sin dudas. Pero la esencia no: siempre
quisimos tener la otra mirada de las cosas. Cuando volvió la democracia no se
concebía que en una canción faltara la palabra “libertad” y ese tipo de clisés.
Y había que transar con eso para subirse a un escenario. Nosotros buscamos
tener nuestra mirada crítica sin ser un panfleto caminando. Desde ese ángulo
nos sobre exigimos siempre. Y como nuestra formación y público original son
universitarios, tampoco se nos permitía ser obvios. El punto de partida nos
obligó a tener un estándar alto. Y todavía seguimos queriendo levantar la mira.
DISCOGRAFIA
* El Cuarteto de Nos - Alberto Wolf
(compartido con Alberto Wolf. Ayuí / Tacuabé. 1984)
* Soy una arveja (Orfeo. 1987)
* Emilio García (Orfeo. 1988)
* Canciones del corazón (Orfeo. 1990)
* Otra navidad en las trincheras (Ayuí /
Tacuabé. 1994)
* Barranca abajo (Ayuí / Tacuabé. 1995)
* El tren bala (Manzana verde. 1996)
* Revista ¡¡Ésta!! (BMG. 1998)
* Cortamambo (Koala records. 2000)
* El cuarteto de nos (Bizarro Records. 2004)
* Raro
(Bizarro Records. 2006)
* Bipolar
(Warner Music. 2009)
Reediciones y recopilaciones
* La misma porquería (Orfeo CDO 062-2.
1995)
* El tren bala (Koala Records. 2000)
* Soy una arveja (2008)
Cuarteto de Nos:
Roberto
Musso
Santiago
Tavella
Alvaro
Pintos
El año pasado se retiró Ricardo Musso.
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