viernes, 23 de septiembre de 2011

Hugo Fattoruso: “En Uruguay no me dan ni bola”


Su nombre está escrito con mayúsculas en los libros de historia de la música popular latinoamericana. Innovador y rebelde, su presente son sus discos “Puro Sentimiento”, tercer álbum de Hugo Fattoruso & Rey Tambor, su grupo de candombe; y “Dos Orientales”, a dúo con el japonés Tomohiro Yahiro, con quien ya realizó varias giras por Japón. Junto a Rey Tambor actuará el 19 de agosto en Mar del Plata (Café Teatral), el 20 en Buenos Aires (ND Ateneo) y el 21 en La Plata (Auditorio de Bellas Artes).




Resulta imposible calificar o clasificar a alguien con una trayectoria como la del uruguayo Hugo Fattoruso. Una aproximación válida sería: “Es una de las leyendas vivas de la música latinoamericana…” Puede sonar temerario para el que no le suena el nombre, pero pocos lo discutirían al saber que el tipo fundó junto a su hermano Osvaldo a los míticos Shakers, pioneros del rock rioplatense. Ya venía tocando en el Trío Fattoruso, junto a su padre y su hermano (lo reeditaría varias décadas más tarde ahora con su hijo reemplazando al papá). También fundo en Estados Unidos el grupo Opa, vanguardia en eso de fusionar rock y jazz con candombe. Todos lo respetan: comparte escenario con Jaime Roos, Milton Nascimento, Fito Páez y Rubén Rada, por nombrar algunos, y muchos de los primeros rockers argentinos (Charly y Spinetta, por caso) reconocen su influencia. Por eso sorprende cuando declara, descarnado pero sin tono de queja: “Vengo a tocar a Buenos Aires porque me encanta. Se me respeta, me tratan bien. En Uruguay no me dan ni bola, tengo menos discos editados que acá. No encontrás mis CDs en las disquerías. Los argentinos van y preguntan. Se van con las manos vacías”.
-Cuesta creerlo.
-Pero es así. Me da una alegría gigante venir porque aquí me escuchan. En Montevideo toco en lugares donde la gente va a comer y no dejan de charlar.
-Hoy formás parte del paisaje habitual. ¿Te van a valorar cuando te retires?
-Puede ser. Hablan tan fuerte que empiezo a tocar despacito y cuando alguien se queja digo: “no quiero molestar a los que charlan”. Acá hay otra cultura para escuchar. Ustedes se quejan, pero tienen un montón de programas de televisión donde se recibe a los músicos. Allá no hay nada. No tienen ni un piano en los canales. Ni hablar de respaldo oficial al candombe. De terror, ni una mano te dan.
-¿Nada?
-Nada. Ni siquiera te va a ver la gente porque el candombe lo viven en la calle, no te pagan una entrada. Claro, salimos al mundo y se vuelven locos porque tenemos un ritmo que no se escucha en ningún lado.

Gustavo Masutti Llach

Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
26 de julio de 2010




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