miércoles, 12 de mayo de 2004

Rubén Rada: "Brasil está de espaldas a Latinoamérica"


Siempre es bueno tener una excusa para hablar con el Negro Rubén Rada. En este caso es la presentación de su álbum "Alegre caballero" los días viernes 9 y sábado 10 de mayo en el teatro Espacio ND Ateneo, seguido por una serie de presentaciones en Córdoba, Mendoza, Tucumán, Salta, Santa Fe y Paraná.
-A partir de tu éxito comercial, ¿qué cambió en tu vida cotidiana?
-Que pude comprarle una casa a mis hijos a los cincuenta y dos años, después de que cuando los traje de México no tenían dónde vivir.
-Lo preguntaba porque alguna vez hablaste del racismo en Uruguay, y hacías mención a que en algunas radios no te pasaban y que cuando ibas a tocar a Melo no te hacían notas en el diario local. 
-No sé si cambió porque hace rato que no toco allí. Pero eso le pasa a todos los negros que viven en ese lugar. Lo de las radios debe haber sido imaginación mía.
-¿Por qué?
-Porque para pasar una canción mía tenían que dejar de lado otras cuatro, por su duración. Ahora, que les cambié el peinado y las hice más radiables, me programan.
-¿Es decir que cambiaste vos, no las radios?
-Las cosas en Uruguay también cambiaron. Las radios se dieron cuenta de que si no apoyan a los músicos del país, Uruguay nunca tendrá su música nacional. Nosotros somos de los más colonizados de América Latina. Siempre escuchamos música de afuera hasta que en los sesenta se empezó a esuchar a Los Shakers, que cantaban en inglés. Recién ahora se abrieon las puertas de los medios conmigo, con Jaime (Roos) que hizo un trabajo magnífico, No te va a Gustar, Jorge Drexler y tantos otros que están sonando fuerte. Igual todavía falta.
-¿Los músicos no se adaptaron entonces?
-También. Ahora hacemos música más radiable. Como somos un país pequeño siempre tratamos de revolear la camiseta y ser más que los grandes que nos rodean. Esos complejos están. La gente que compone lo hace porque quiere ya que el mercado es muy chico y no piensan en hacerse ricos con un disco. Nadie le da bola al mercado de la música.
-¿Seguiste las elecciones en Argentina?
-Sí.
-Cuando hablamos en noviembre especulábamos con el "efecto Lula" en el Cono sur.
-Bueno, en Argentina no se vio ni en pedo (se ríe). Pero cuando el pueblo decide no se puede decir nada en contra. No tengo autoridad para hablar y menos de la Argentina que es un país cuya gente me dio de comer, muchos premios y cariño.
-¿Qué creés que pasará en Uruguay?
-Ansío fervorosamente que haya un cambio en algún momento. Que la gente vote otra cosa. Y si nos eqivocamos fiero, bueno, volveremos a lo que estábamos antes. Acá es muy fuerte el Frente Amplio pero nunca pudo ganar. Ojalá...
-¿Tenés esperanza?
-Sí, porque acá en política no somos como en Argentina, donde ser peronista o radical es como ser de River y Boca. Fanáticos que no cambian. Cuando se trata de un país hay que pensar qué es lo mejor y no votar de acuerdo a la tradición familiar.
-¿Cómo ves a tu país?
-Está divino. Nosotros decimos que tiene toda la instalación montada para ser una gran nación, pero cuando viene el que tiene que terminar la casita hace todo mal. Así estamos desde hace muchos años. En lo cultural, por ejemplo, está lleno de artistas que nunca cruzaron el charco. Pintores, guitarristas, bajistas, pianistas, cantores de ópera y jugadores de fútbol.
-Y están rodeados de Brasil y Argentina.
-Sí, dos países gigantes. Aprendemos mucho de lo bueno de ustedes y tenemos ese orgullo de país chico que te contaba. 
-¿Cómo defienden su cultura?
-Es difícil. Si venís acá no te perdés ningún programa de la TV argentina, por ejemplo. 
-¿A la hora de trascender las fronteras en quién piensa el uruguayo?
-En Argentina, por supuesto. No conozco un artista uruguayo que haya triunfado en Brasil.
-¿Por el idioma?
-No. Porque Brasil está de espaldas a Latinoamérica. Si no, no se entiende por qué Mercedes Sosa, Fito, Charly, León Gieco, yo, los Fattorusso y tantos otros uruguayos y argentinos sean recibidos allá del mismo modo que le abrimos las puertas a Gilberto Gil, Milton Nascimento, María Bethania, Gal Costa... Te puedo nombrar mil brasileños que triunfan y venden muchos discos entre nosotros. Sin embargo no pasa lo mismo allá con la música en español.
-¿Ninguno?
-El único que vende en Brasil cantando en español es Julio Iglesias. Están de espaldas, hermano. Miran a Estados Unidos y Europa, no para Sudamérica. Me lo decían los mismos artistas brasileños cuando fui al Foro Mundial de San Pablo: "¿Cómo puede ser que no se editó nunca un disco tuyo acá?".
-Esto conspiraría contra la tan declamada unión cultural latinoamericana.
-Y... no pega ni con cola. Te hablo de música que es lo que conozco: En Colombia y Perú, por ejemplo, tienen artistas que nos enriquecerían muchísimo. Acá nos llega Shakira y no la cumbia real o el ballenato real, que son maravillosos. Sólo conocemos a los "best sellers", los tipos que venden discos. 
-Herbert Vianna, cantante de Paralamas do Sucesso le dedicó un tema a Lula Da Silva, el presidente de Brasil.  ¿Harías lo mismo?
-No. Yo grabé jingles publicitarios, pero canciones nunca. Le dedicaría algo así a un hombre como Nelson Mandela, un tipo que peleó durante años. Si tuviese que elegir un presidente sería Olof Palme (primer ministro de Suecia, asesinado en febrero de 1968) , alguien que haya hecho mucho por su pueblo.
-Es decir que necesita mucho más que ganar una elección para merecer que le cantes. 
-Por ejemplo, que se hay ido del gobierno por viejo, porque se cansó de gobernar e igual el pueblo lo ama porque trabajó y luchó para sacar el país adelante. Un Gandhi, por ejemplo.
-¿Se apresuró Herbert al no esperar ni el primer año de gobierno?
-¡Cómo voy a hablar de Herbert si es un genio! Siento un gran aprecio por él y cada uno tiene derecho a expresarse a su manera. Deberá querer a Lula más allá de la política y le dedicó su amor en una canción. No lo juzgo, sólo digo lo que yo haría. 

Gustavo Masutti Llach

Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
3 de mayo de 2003